En el departamento de charcutería encontramos algunos de los productos más tradicionales de nuestra gastronomía, los embutidos. Su elaboración está realizada con productos de excelente calidad, cuya clave reside en la materia prima. Tenemos a nuestra disposición una amplia variedad, y es que cada tipo nos ofrece unas características distintas que podemos degustar a cualquier hora.
Los diferentes tipos de embutidos
Un embutido es un producto elaborado a partir de carne, normalmente picada de cerdo, que se condimenta con especias y hierbas aromáticas antes de introducirse en la tripa que da la forma final, según cada variedad. Posteriormente se somete a un proceso de curación, ahumado o maduración, y también puede ser cocidos. Se distinguen los siguientes tipos:
Ibéricos. Los embutidos ibéricos son los productos de mayor calidad, ya que están elaborados con carne de la raza de cerdo ibérico, natural de la Península Ibérica, con un mínimo de 50% de pureza. Las cualidades excepcionales de la carne de estos animales, criados en dehesas según la normativa, proporcionan piezas de embutido de primera categoría, que conservan el máximo sabor natural.
Curados. Los embutidos curados requieren pasar por una fase de maceración en un adobo de especias determinado, normalmente con pimentón, y después se dejan secar en un ambiente seco y fresco, hasta conseguir su punto de maduración.
Cocidos. Son aquellos en los que la carne se cuece y se mezcla con otros ingredientes antes de prensarse para darle la forma característica al producto. Pueden ser al natural, ahumados o braseados, o incorporar diferentes aromas.
De sangre. Son aquellos que además de carne incorporan otros productos del cerdo a su composición, como vísceras, tocino, manteca o sangre, como las morcillas.